Un Llamado al Servicio

07.11.2012 14:25

 

PUEDO ver en las providencias divinas que la obra médico-misionera ha de ser una gran cuña de entrada por la cual pueda alcanzarse el alma enferma ( Counsels on Health , pág. 535).

 

 

La evangelización del mundo es la obra que Dios ha encomendado a los que salen en su nombre. Ellos han de ser colaboradores con Cristo, y han de revelar a quienes están por perecer su amor tierno y misericordioso. Dios pide que miles de personas trabajen por él, no predicando a las personas que ya conocen la verdad, repasando una y otra vez el mismo terreno, sino amonestando a quienes nunca han escuchado el último mensaje de misericordia. Trabajad con un corazón lleno de un anhelo ferviente por las almas. Haced obra médico-misionera. Así ganaréis acceso a los corazones de la gente. Se preparará el camino para una proclamación más decidida de la verdad. Hallaréis que el aliviar el sufrimiento físico da una oportunidad de ministrar a las necesidades espirituales de la gente.

El Señor os dará éxito en este trabajo, pues el Evangelio es poder de Dios para salvación, cuando está entretejido en la vida práctica, cuando es vivido y practicado. La unión de una obra como la que Cristo hizo en favor del cuerpo y de una obra como la que Cristo hizo en favor del alma es la interpretación del Evangelio ( An Appeal for the Medical Missionary College [Un llamamiento en favor del colegio médico-misionero], págs. 14, 15).

 

La obra médico-misionera proporciona a la humanidad el Evangelio de la liberación del sufrimiento. Es la obra de avanzada del Evangelio. Es el Evangelio puesto en práctica y es la revelación de la compasión de Cristo. Hay una gran necesidad de esta obra, y el mundo está preparado para recibirla. Quiera Dios que se comprenda la importancia de que la obra médico-misionera entre de inmediato en nuevos campos ( Medical Ministry , pág. 239).

La verdadera obra médico-misionera es de origen divino. No fue originada por ninguna persona que vive. Sin embargo, en relación con esta obra vemos tanto que deshonra a Dios, que se me ha instruido a decir: La obra médico-misionera es de origen divino, y tiene que cumplir la más gloriosa misión. En todos sus aspectos ha de estar en conformidad con la obra de Cristo. Los que trabajen como colaboradores con Dios representan tan seguramente el carácter de Cristo como Cristo representó el carácter de su Padre mientras estaba en este mundo ( Medical Ministry , pág. 24).

 

Los principios de la reforma pro salud se encuentran en la Palabra de Dios. El Evangelio de la salud ha de vincularse firmemente con el ministerio de la Palabra. Es el designio de Dios el que la influencia restauradora de la reforma pro salud sea una parte del último gran esfuerzo para proclamar el mensaje evangélico ( Medical Ministry , pág. 259) .

Como medio para vencer el prejuicio y ganar acceso a las mentes, debe hacerse obra médico-misionera, no solamente en uno o dos lugares, sino en muchos lugares donde la verdad no ha sido todavía proclamada. Hemos de trabajar como misioneros médicos evangélicos, para sanar a las almas enfermas de pecado dándoles el mensaje de salvación. Esta obra quebrantará el prejuicio como ninguna otra cosa puede hacerlo ( Testimonies , tomo 9, pág. 211).

 

La obra médico-misionera es la mano derecha del Evangelio. Es necesaria para el progreso de la causa de Dios. A medida que los hombres y mujeres sean inducidos a ver la importancia de los hábitos de vida correctos por medio de esa obra, el poder salvador de la verdad se hará conocer. Obreros preparados para hacer obra médico-misionera deben empezar su trabajo en todas las ciudades. Como la mano derecha del mensaje del tercer ángel, los métodos de Dios para tratar la enfermedad abrirán puertas para la entrada de la verdad presente ( Testimonies , tomo 7, pág. 59).

La mano derecha se usa para abrir puertas por las cuales el cuerpo pueda entrar. Esta es la parte que la obra médico-misionera ha de desempeñar. Ha de preparar mayormente el camino para la recepción de la verdad para este tiempo. Un cuerpo sin manos es inútil. Al dar honor al cuerpo, debe también darse honor a las manos que ayudan, que son agentes de tal importancia que, sin ellas, el cuerpo no puede hacer nada. Por lo tanto el cuerpo que trata con indiferencia a la mano derecha, rechazando su ayuda, no es capaz de realizar nada ( Medical Ministry , pág. 238).

 

En todas partes pueden encontrarse enfermos, y aquellos que salen como obreros para Cristo deben ser verdaderos reformadores en pro de la salud, preparados para dar a aquellos que están enfermos los tratamientos sencillos que los aliviarán, y luego orar por ellos. Así abrirán la puerta para la entrada de la verdad. El hacer esto será seguido por buenos resultados ( Medical Ministry , pág. 320) .

¿Por qué es que no se ha entendido de la Palabra de Dios que la obra que se realiza en los ramos médico-misioneros es un cumplimiento del versículo que dice: "Ve pronto por las plazas y las calles de la ciudad, y trae acá a los pobres, los mancos, los cojos y los ciegos. . . Y dijo el siervo: Señor, se ha hecho como mandaste, y aún hay lugar. Dijo el señor al siervo: Ve por los caminos y por los vallados, y fuérzalos a entrar, para que se llene mi casa"?

 

Esta es una obra que deben hacer las iglesias de toda localidad, en el norte y en el sur, en el este y en el oeste. A las iglesias se les ha dado la oportunidad de responder en la realización de este trabajo. ¿Por qué no lo han hecho? Alguien debe cumplir la comisión ( Review and Herald , mayo 25 de 1897).

El Señor me dio gran luz en el asunto de la reforma pro salud. En relación con mi esposo, yo debía ser una obrera médico-misionera. Debía dar un ejemplo a la iglesia llevando a los enfermos a mi hogar y cuidándolos. Esto es lo que he hecho, dando a las mujeres y los niños vigorosos tratamientos.

 

Debía hablar sobre los temas de la temperancia cristiana, como la mensajera señalada por el Señor. Me empeñé de todo corazón en esta obra, y hablé a grandes congregaciones sobre la temperancia en su aspecto más amplio y verdadero ( Review and Herald , julio 26 de 1906).

Vi que el Señor nos estaba dando una experiencia que sería del más alto valor para nosotros en el futuro en relación con su obra. . . Vi que Dios estaba capacitando a mi esposo para empeñarse en esta tarea solemne y sagrada de reforma que él se ha propuesto que se efectúe entre su pueblo. Es importante que los ministros den instrucciones con respecto a una forma de vivir templada. Deben mostrar la relación que el comer, el trabajar, el descansar y el vestirse tienen con la salud.

 

Todos los que creen la verdad para estos últimos días tienen algo que hacer en este asunto. Les concierne, y Dios requiere de ellos que despierten y se interesen en esta reforma. El no se agradará de su conducta si ellos consideran este asunto con indiferencia ( Testimonies , tomo 1, pág. 618) .

Hemos llegado a un tiempo cuando todo miembro de la iglesia debe actuar en la obra médico-misionera. El mundo es un lazareto lleno de víctimas tanto de enfermedades físicas como espirituales. Por doquiera la gente está pereciendo por falta de conocimiento de las verdades que nos han sido encomendadas. Los miembros de la iglesia necesitan despertar y darse cuenta de su responsabilidad de impartir estas verdades ( Testimonies , tomo 7, pág. 62).

 

La obra médico-misionera está todavía en su infancia. El significado de la genuina obra médico-misionera es conocido solamente por pocos. ¿Por qué? Porque el plan del Salvador para la obra no ha sido seguido. El dinero de Dios se ha utilizado mal. En muchos lugares se está realizando una obra médico-misionera práctica y evangelística, pero muchos de los obreros que debieran salir como los discípulos están siendo reunidos y mantenidos en unos pocos lugares, así como lo han estado en lo pasado, pese a la advertencia del Señor de que esto no debe hacerse así ( Special Testimonies , serie B, No. 8, pág. 28).

Nuestros obreros médico-misioneros han de demostrar ahora el más puro ejemplo de abnegación. Con el conocimiento y la experiencia obtenida en la obra práctica, han de salir a dar tratamientos a los enfermos. Mientras van de casa en casa, encontrarán acceso a muchos corazones. Muchos que de otra manera nunca habrían escuchado el mensaje evangélico serán alcanzados ( Counsels on Health , pág. 538).

 

Debe introducirse un nuevo elemento en el trabajo. El pueblo de Dios debe recibir la amonestación, y debe trabajar por las almas allí donde está; porque la gente no se da cuenta de su gran necesidad y peligro. Cristo buscó a la gente donde estaba, y puso delante de ella las grandes verdades relativas a su reino. Mientras iba de lugar en lugar, bendecía y consolaba a los que sufrían y sanaba a los enfermos. Esta es nuestra obra. Dios quiere que aliviemos las necesidades de los destituidos. La razón por la cual el Señor no manifiesta su poder más decididamente es porque hay tan poca espiritualidad entre los que pretenden creer la verdad ( Medical Ministry , pág. 319).

¡Oh, si pudiera despertar a nuestro pueblo a la importancia del esfuerzo cristiano, si pudiera inducirlo a empeñarse en la obra médico-misionera con santo celo y divina perseverancia, no solamente en unos pocos lugares, sino en todo lugar, empleando esfuerzo personal por los que están fuera del redil, cuán agradecida me sentiría! Esta es una verdadera obra misionera. En algunos lugares alcanza poco éxito aparentemente; pero de nuevo, el Señor abre el camino, y sin éxito señalado corona el esfuerzo. Se hablan palabras que son como clavos fijados en un lugar seguro. Los ángeles del cielo cooperan con los instrumentos humanos, y los pecadores son ganados para el Salvador ( Medical Ministry , pág. 256).

 

A medida que la agresión religiosa subvierte las libertades de nuestra nación, los que quieren defender la libertad de conciencia serán colocados en una posición desfavorable. Por su propia causa, deben dominar lo referente a la enfermedad, sus causas, su prevención y su cura mientras tienen la oportunidad. Todos los que hagan esto hallarán un campo de trabajo dondequiera. Habrá personas que están sufriendo, gran cantidad de ellas, que necesitarán ayuda, no sólo entre las personas de nuestra misma fe, sino mayormente entre los que no conocen la verdad. La brevedad del tiempo demanda una energía que no se ha despertado entre los que pretenden creer la verdad presente ( Counsels on Health , pág. 506).

La simpatía entre el hombre y sus semejantes ha de ser la señal que distingue a los que aman y sirven al Señor de aquellos que no prestan atención a su ley. ¡Cuán grande es la simpatía que Cristo expresó al venir a este mundo para dar su vida como sacrificio por un mundo que moría! Su religión lo indujo a hacer una verdadera obra médico-misionera. El era un poder sanador. "Misericordia quiero, y no sacrificio", dijo él. Esta es la prueba que el gran Autor de la verdad usó para distinguir la verdadera religión de la falsa. Dios quiere que sus misioneros médicos actúen con la ternura y la compasión que Cristo mostraría si él estuviera en nuestro mundo ( Medical Ministry , pág. 251).

 

Cuán lentos son los hombres para entender la preparación que Dios hace para el día de su poder. Dios obra hoy para alcanzar corazones de la misma manera en que obró cuando Cristo estaba en esta tierra. Al leer la Palabra de Dios vemos que Cristo utilizó la obra médico-misionera en su ministerio. ¿No pueden abrirse nuestros ojos para discernir los métodos de Cristo? ¿No podemos entender la comisión que él dio a sus discípulos y a nosotros?

El mundo debe tener un antídoto para el pecado. A medida que el médico misionero trabaja inteligentemente para aliviar el sufrimiento y salvar la vida, los corazones son ablandados. Los que resultan ayudados se llenan de gratitud. A medida que el médico misionero trabaja inteligentemente para aliviar el sufrimiento y salvar la vida, los corazones son ablandados. Los que resultan ayudados se llenan de gratitud. A medida que el médico misionero trabaja sobre el cuerpo, Dios trabaja sobre el corazón ( Id ., pág. 246).

 

En el futuro nuestra obra ha de llevarse adelante con abnegación aún mayor que la que hemos visto en lo pasado. º Dios desea que encomendemos a él nuestras almas, para que él pueda obrar por nuestro intermedio de muchas maneras. Tengo sentimientos profundos sobre esta materia. Hermanos, andemos con humildad y mansedumbre de mente, y pongamos delante de nuestros asociados un ejemplo de abnegación. Si hacemos nuestra parte con fe, Dios abrirá caminos delante de nosotros con los cuales ni hemos soñado ( Manuscrito 12, 1913).

Veremos la obra médico-misionera ampliarse y profundizarse por todas partes en su progreso, por la afluencia de centenares y millares de corrientes, como cubren las aguas el mar ( Medical Ministry , pág. 317).